Reflexiones para ser un buen estudiante

Estamos a las puertas del inicio de un nuevo periodo de formación académica. Y, como sabemos, este no es sino un eslabón más en la infinita cadena que el tiempo le pone a la vida para perpetuarse. Es en ese trayecto, insignificante en cuanto a duración pero de trascendental importancia para nuestra formación, en que debemos actuar para hacernos merecedores de nuestra condición humana.

Pues bien, y por eso mismo, para un buen inicio de tu formación como futuro profesional, egresado de un centro de educación superior, deberías hacerte una pregunta elemental, ¿en qué consiste ser estudiante?

¿Lo eres por el solo hecho de tener un código de matrícula en la universidad? ¿Lo eres porque asistes a clases cada día? ¿Lo eres porque tienes una carpeta en la cual sentarte a escuchar las clases? ¿Lo eres, acaso, porque cada día sales de tu casa a encontrarte con tus compañeros de clase?

¿Te has preguntado, en algún momento, qué es lo que define, en esencia, tu condición de estudiante universitario?

Bueno, si no lo has hecho, es bueno y necesario que te preocupes en buscar una respuesta y logres una idea clara, contundente: ¿en qué consiste tu condición de estudiante? , dado que, en la medida en que hagas tu propio esclarecimiento, estarás, precisamente, ejercitando la capacidad que más requieres en tu construcción como tal: la reflexión.

Es en este sentido que quiero ayudarte a este esclarecimiento reflexivo sobre tu rol en esta institución: reflexionar sobre ti, sobre tus propósitos como persona y como el profesional que quieres ser; reflexionar sobre tus deberes para lograr tal objetivo, que será lo que dará justificación a tu propia existencia.

En fin, reflexionar sobre tu ser y tu rol en el lapso de vida que vas a disfrutar.
Lo que quiero decirte es que para ser estudiante no basta con dar cumplimiento mecánico a las tareas puntualizadas en los párrafos precedentes si a ellas no las aderezamos con el acto de la reflexión, del autoanálisis, del dirigir nuestra capacidad crítica hacia nuestra propia actuación como persona y como miembro de una sociedad.

Ser estudiante es una condición de la mayor trascendencia personal y social. Para serlo, necesariamente tienes que hacer del estudio una práctica permanente y sistemática en tu paso por todas y cada una de las asignaturas que debes cursar para construirte como profesional.

Para tu formación profesional, el ESTUDIO tiene una gran importancia; mejor dicho, es lo más importante. Sin él no es posible que llegues a ser un buen profesional o profesional de calidad . Es esta su mayor importancia y así debes asumirlo. Si no llegas a ser un estudiante de calidad , difícilmente llegarás a ser un profesional de calidad. Tu condición de “estudiante” precisamente alude a esta característica: PERSONA QUE HACE DEL ESTUDIO UNA PRÁCTICA SISTEMÁTICA PARA FORMARSE COMO PROFESIONAL.

Cabe, entonces, que te preguntes: ¿Has comenzado ya este proceso? ¿Estás en disposición para iniciarlo? El haber ingresado a la universidad es solo una condición previa. No significa que ya seas estudiante en el pleno sentido de la palabra. El ser estudiante es un proceso que tienes que vivirlo en la cotidianeidad de tu condición de alumno y que te llevará, en movimiento cíclico ascendente, a sorprendentes cumbres de grandeza espiritual. Ten en cuenta que la razón por la que estás leyendo este documento es, precisamente, tu decisión de devenir en PROFESIONAL en esta universidad.

Es esta responsabilidad, que vas a asumir, la que debe servirte de estímulo para que decidas hacer todos los esfuerzos necesarios para que vayas, en proceso de autoconstrucción permanente, dando forma y consistencia a tus mejores capacidades. Los profesores, solo seremos quienes estimulemos y orientemos dicho proceso, que ha de ir dándose en tu interioridad, y al cual debes aprender a observar y, sobre todo, a disfrutar en tu intimidad: verte cada día diferente y mejor que tú mismo sin dejar de ser tú mismo.

No debes olvidar que, por ser miembro de la especie humana (Homo sapiens sapiens) , tú vienes con una dotación de capacidades que deben desplegarse tanto por propios mecanismos genéticos (maduración) como por acción del grupo social en el que hagas tu vida (aprendizaje). Recuerda: un alto porcentaje de la calidad de tu formación profesional depende de tus propios esfuerzos. Tus profesores solo somos factores desencadenantes de un proceso que tú vas a conducir y del cual serás su único beneficiario en el futuro, para ponerlo al servicio de la sociedad.

En consecuencia, esmérate en ser un estudiante autónomo para que seas un profesional y ciudadano con autonomía comportamental e iniciativa en tu acción social. Para que no vivas esperando órdenes o imposiciones de otras personas.

Toma en cuenta y recuerda con convicción que hacerte profesional fue una decisión tuya y, para lograr dicho propósito, has elegido a esta institución; por lo tanto, la responsabilidad mayor la tienes tú en cuanto a esfuerzos para hacerte el PROFESIONAL que has prefigurado para tu futuro.

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